La fiebre del heno, un viejo conocido

La fiebre del heno es un viejo conocido para muchas personas que regresa cada año. Estornudos, reacciones alérgicas en la piel, enrojecimiento, ojos llorosos o picazón, por nombrar solo algunos de los numerosos síntomas.
Tan pronto como el polen comienza a volar y llega a las membranas mucosas, el sistema inmunológico de las personas alérgicas da la alarma. Los médicos también lo describen como una hipersensibilidad del sistema inmunológico a las proteínas del polen. En algunas personas, esto puede desarrollarse en asma alérgico (rinitis alérgica). La agresividad del polen varía de un país a otro y es muy diferente debido a la estación del año y la ubicación geográfica.
Métodos de tratamiento
Actualmente existen varios métodos de tratamiento efectivos para la fiebre del heno. A continuación, aprenderás más sobre tres medidas conocidas y productivas.
Corticosteroides
Los aerosoles nasales con corticosteroides (antiinflamatorios) son los más comunes para tratar la rinitis alérgica. Alivian síntomas como la picazón tan característica de la fiebre del heno, los estornudos, la secreción nasal o los ojos llorosos. Algunos aerosoles nasales que contienen corticosteroides están disponibles sin receta en farmacias, pero los medicamentos más fuertes requieren prescripción. Para lograr un efecto duradero, se deben usar regularmente. Sin embargo, puede tardar hasta dos semanas en hacer efecto completo.
Antihistamínicos
Otro remedio contra la fiebre del heno son los antihistamínicos, que se pueden usar en forma de espray nasal o en pastillas y además pueden utilizarse junto con un espray nasal de corticosteroides. Los antihistamínicos son sustancias antialérgicas que bloquean la histamina, una sustancia propia del cuerpo. Cuando una persona alérgica entra en contacto con alérgenos, el cuerpo normalmente libera histaminas, lo que conduce a una reacción alérgica. Los antihistamínicos pueden prevenir esto al impedir la unión de la histamina a los receptores de histamina, deteniendo así la reacción alérgica.
Desensibilización
Una tercera opción de tratamiento es la hiposensibilización: el objetivo es la 'habitualización' del sistema inmunológico a las sustancias que provocan alergias, de modo que se vuelva menos sensible y, por lo tanto, la reacción alérgica sea más leve. Por esta razón, esta forma de terapia también se conoce como desensibilización. Los extractos de alérgenos pueden ser inyectados o tomados en forma de pastillas o gotas. La desventaja de la hiposensibilización es que debe repetirse regularmente y tarda bastante tiempo en hacer efecto.
Hechos sobre la fiebre del heno
La alergia al polen se ha convertido en una verdadera enfermedad popular. Regularmente al comienzo del año, pero a más tardar en primavera, cuando los síntomas comienzan en muchos alérgicos, se difunden rumores, así como medias verdades. Hemos recopilado seis tesis y las examinamos en una verificación de hechos.
1. La concentración de polen es diferente en el campo y en la ciudad.
Cierto. En el campo se debería ventilar más hacia la tarde, ya que las plantas liberan su polen por la mañana y este asciende a capas más altas de la atmósfera durante el día. El polen suele llegar a las zonas urbanas principalmente en la hora del atardecer y allí se deposita. Por eso, se recomienda ventilar más temprano en la ciudad.
2. El cambio climático expande e intensifica la carga de polen a nivel regional.
Correcto. El aumento de la temperatura conduce a un incremento en la dispersión de polen. Además, el calentamiento global provoca que en algunas regiones crezcan nuevas plantas que antes no eran nativas de esos lugares. Así, el cambio climático en general provoca una carga adicional y mayor de polen.
3. La fiebre del heno es inofensiva y no necesita ser tratada.
Incorrecto. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), aproximadamente el 50 por ciento de los alérgicos al polen que no reciben tratamiento desarrollan asma bronquial. Estas personas entonces no solo tienen síntomas durante la temporada de polinización, sino durante todo el año.
4. La enfermedad de la fiebre del heno puede desaparecer espontáneamente.
Correcto. Las personas con síntomas alérgicos siempre deben consultar primero a un médico (ver punto 3), sin embargo, es posible que la intensidad de la fiebre del heno disminuya hasta la desaparición completa de la alergia. Hasta ahora, no se ha podido determinar en quién y por qué puede ocurrir esto.
5. En invierno no vuelan polen.
Ya no es así. Dependiendo de la región geográfica, en los últimos años la duración del invierno y el clima han cambiado drásticamente. La culpa es también del cambio climático. Esto hace que la temporada de polen dure más tiempo y al mismo tiempo comience cada vez más temprano.
6. La alergia es hereditaria.
Lamentablemente es cierto. Si un progenitor sufre de fiebre del heno, la probabilidad de que su hijo también se enferme es de aproximadamente el 25 por ciento. Si tanto la madre como el padre tienen fiebre del heno, este riesgo aumenta hasta un 60 por ciento.
Cuatro consejos sencillos para reducir la magnitud de las molestias
- Quienes tienen la posibilidad, deberían pasar sus vacaciones anuales en un destino a más de 2.000 metros de altura o en áreas costeras, ya que en estas regiones generalmente hay escasez de polen. Ciudades del sur de Europa, como Atenas, Barcelona o Valencia son ideales para un viaje urbano. Para aquellos que no quieren renunciar a tomar el sol, las Islas Baleares, las islas Frisias orientales o la costa atlántica portuguesa con su agradable brisa marina son opciones recomendables. La montaña y la naturaleza llaman. Quienes prefieran este tipo de destino deberían planificar sus vacaciones en los Alpes o los Pirineos.
- No se debe dejar la ropa de calle usada en el dormitorio y, en general, tratar de mantener las ventanas cerradas para que los espacios habitables estén lo más libres de polen posible.
- Antes de acostarse, uno debe lavarse el cabello.
- La protección contra el polen no debe considerarse solo en el hogar, sino también en el vehículo: aquellos que limpian regularmente su filtro de polen y el evaporador del aire acondicionado en el coche y lo cambian cuando sea necesario, están haciendo un gran favor a su salud.
2. No se debe dejar la ropa de calle usada en el dormitorio y, en general, tratar de mantener las ventanas cerradas para que los espacios habitables estén lo más libres de polen posible.
3. Antes de acostarse, uno debe lavarse el cabello.
- 4. Para todos los conductores es importante: la protección contra el polen no debe considerarse solo en el hogar, sino también en el vehículo: aquellos que limpian regularmente su filtro de polen y el evaporador del aire acondicionado en el coche y lo cambian cuando sea necesario, están haciendo un gran favor a su salud.